Las claves del partido:
Atascado en la zona media de la tabla, casi equidistante de los seis primeros y de los tres últimos, el RC Celta de Vigo atraviesa un importante bache del que debe salir rápidamente para no meterse en serios problemas. La visita del RCD Mallorca, un equipo situado en la zona europea, pero que puede acusar el esfuerzo realizado en un compromiso intersemanal, brinda al club vigués una buena oportunidad de reaccionar y mostrar sus credenciales tras haber logrado solo una victoria en las últimas seis jornadas (G1, E2, P3) de LaLiga EA Sports (LL).
Es en Balaídos donde el Celta ha obtenido sus mejores resultados en el presente campeonato, sufriendo solo dos derrotas —ambas ante equipos ubicados actualmente en el top tres— y cosechando 14 de sus 18 puntos (G4, E2, P2). Habrá que ver si el conjunto de Claudio Giráldez consigue ser más competitivo y efectivo frente a rivales de la zona alta de la tabla; los celestes no han ganado ninguno de sus ocho encuentros contra equipos que les preceden en la clasificación (E3, P5).
El Mallorca ha registrado sus mejores números en los primeros 16 partidos de una campaña de LL en un decenio, pero la manita recibida ante el Barcelona en Son Moix el martes (1-5, adelantado 19.ª jornada) le ha recordado que no puede relajarse y caer en la complacencia pese a su envidiable situación en la clasificación, cuya sexta posición ocupa al inicio de esta jornada. La escuadra de Jagoba Arrasate no se mantendrá tan arriba durante mucho más tiempo si no vuelve a ganar con regularidad después de haber sufrido tres derrotas en cinco encuentros ligueros (G2, P3).
Regresar inmediatamente a la senda victoriosa no está en absoluto garantizado para el Mallorca, que ha perdido en dos de sus tres salidas previas en LL (G1, P2). No obstante, el cuadro balear debería afrontar con optimismo el choque en el feudo del Celta, frente al que ha puntuado en 11 (G6, E5) de los últimos 12 duelos entre ambos en la máxima categoría, y cabe destacar asimismo que Arrasate ha estado en el lado vencedor en sus últimas dos visitas como entrenador a Balaídos.